El crecimiento de tu empresa y la cultura organizacional: ¡tal para cual!

Querer desarrollar tu empresa sin tomar en cuenta la cultura organizacional que vive en ella es como escoger una carrera sin considerar antes tu personalidad. Lo de la carrera, como sabrás, ¡pasa mucho! ¿Cuántos no hemos estudiado algo por presiones sociales y familiares o por que eso era lo que todos en ese momento querían estudiar y cuando lo vamos a llevar a cabo en el “mundo real” no nos gusta para nada? Nos pasa porque somos jóvenes, estamos en proceso de conocernos y no siempre confiamos en nuestro instinto. Creemos que otros sabrán lo que es mejor para nosotros.

Pues, lo mismo pasa con las empresas.

Cuando una empresa es joven, tal vez entre 3 a 10 años de formada, no se conoce 100% a sí misma. Los primeros tres años usualmente el/la emprendedor/a los dedica a lograr “evidencia de concepto” (“proof of concept” en inglés). Aquí el/la emprendedora tiene que asegurarse de que sus servicios y/o productos son necesitados y deseados por el mercado. Una vez la empresa comienza a madurar, más personas entran a la empresa y se van formalizando muchos de los procesos. De momento, se cementan algunas  “maneras de hacer las cosas”, algo que inevitablemente, se va convirtiendo en el fundamento de esa cultura organizacional.

La cultura organizacional es para una organización lo que la personalidad es para una persona.

 Es ese conjunto de características cementadas que nos hacen únicos a nosotros (y, claro, a una organización). Piénsalo, cuando no consideras tu personalidad al elegir una carrera, terminas en un trabajo que no solo desperdicia tus talentos pero también te hace completamente infeliz. Como el introvertido que trabaja en un ajetreado puesto de servicio al cliente 8 horas al día o el lingüista al que le encanta viajar que pasa sus días detrás de una computadora escribiendo código.

Es por eso que los empresarios deben considerar sus culturas organizacionales a medida que van creciendo (¡no después!).

Muchas veces, les pido a mis clientes que describan su cultura organizacional. La mayoría me dicen una combinación de palabras como: “amigable”, “flexible”, “como una familia”, “caótica”. Algunos dedicado tiempo a descubrir su cultura y me recitan su visión, misión y valores. Lo que me encanta de esta pregunta es cuan incómodo/a hace que se sienta un/a emprendedor/a, como si le hubiera pedido que describieran su personalidad. ¡Porque es muy similar!

Cuando los empresarios no toman en cuenta la cultura de su negocio a medida que van creciendo, utilizan o crean estrategias sin considerar las características únicas que pueden respaldar o impedir su implementación efectiva. Esto ocasiona que los cambios deseados no se lleven a cabo, que los empleados se sientan “disengaged” y que la innovación se pause. La cultura es la base perfecta sobre la que se debe trabajar cualquier proceso de desarrollo organizacional. Dicen: “Conócete a ti mismo”, yo digo “¡Conoce tu cultura!”

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